La evaluación diagnóstica es un proceso de recopilación y análisis de información que tiene como objetivo identificar el nivel de conocimiento, habilidades, competencias, necesidades y características de un grupo o individuo en un área específica. Se utiliza principalmente para obtener una visión inicial de las capacidades y áreas de mejora de los evaluados antes de iniciar un proceso educativo, terapéutico, organizacional o de cualquier tipo.

Características clave de la evaluación diagnóstica:

1.    Propósito inicial: Su principal objetivo es conocer el punto de partida de una persona o grupo en relación con un tema o área de intervención. Es como una “fotografía” del estado actual.

2.    Momentos de aplicación: Se realiza generalmente al inicio de un curso, programa, tratamiento o intervención, para conocer las fortalezas y debilidades antes de implementar estrategias de mejora o aprendizaje.

3.    Identificación de necesidades: Permite detectar las áreas en las que los individuos o grupos necesitan mayor apoyo, conocimiento o intervención, para que se puedan planificar acciones correctivas o de refuerzo.

4.    Métodos y herramientas: Se utilizan pruebas, cuestionarios, entrevistas, observación directa, análisis de desempeño, entre otros, dependiendo del tipo de evaluación (educativa, psicológica, organizacional, etc.).

5.    Personalización de intervenciones: Basándose en los resultados obtenidos, la evaluación diagnóstica permite personalizar las intervenciones o estrategias que se vayan a implementar, como planes de estudio, terapia, programas de formación, etc.