La
observación de aula es un instrumento que tiene como finalidad evaluar el
desempeño de los docentes frente a sus estudiantes. Para efectos de este
instructivo, cuando decimos aula no nos referimos únicamente al salón de clase,
sino en general a los espacios educativos en los que el docente y los
estudiantes interactúan (por ejemplo, el patio, los laboratorios o talleres, el
lugar visitado durante un trabajo de campo, etc.).
Los
cinco desempeños que se han considerado para este instrumento, incluyen
aspectos sustantivos y observables en el aula, vinculados al dominio 2: Enseñanza
para el aprendizaje de los estudiantes del Marco de Buen Desempeño Docente
(MBDD).
Los
desempeños evaluados mediante el instrumento de observación de aula son los
siguientes:
Involucra
activamente a los estudiantes en el proceso de aprendizaje.
Promueve
el interés de los estudiantes por las actividades propuestas y les ayuda a ser
conscientes del sentido, importancia o utilidad de lo que se aprende.
Promueve
el razonamiento, la creatividad y/o el pensamiento crítico.
Propone
actividades de aprendizaje y establece interacciones pedagógicas que estimulan
la formulación creativa de ideas o productos propios, la comprensión de
principios, el establecimiento de relaciones conceptuales o el desarrollo de
estrategias.
Evalúa
el progreso de los aprendizajes para retroalimentar a los estudiantes y adecuar
su enseñanza.
Acompaña
el proceso de aprendizaje de los estudiantes, monitoreando sus avances y
dificultades en el logro de los aprendizajes esperados en la sesión y, a partir
de esto, les brinda retroalimentación formativa y/o adecúa las actividades de
la sesión a las necesidades de aprendizaje identificadas.
Propicia
un ambiente de respeto y proximidad.
Se
comunica de manera respetuosa con los estudiantes y les transmite calidez o
cordialidad dentro del aula. Además, está atento y es sensible a sus
necesidades afectivas o físicas, identificándolas y respondiendo a ellas con
comprensión y empatía.
Regula
positivamente el comportamiento de los estudiantes.
Las
expectativas de comportamiento o normas de convivencia son claras para los
estudiantes. El docente previene el comportamiento inapropiado o lo redirige
eficazmente a través de mecanismos formativos que promueven la autorregulación
y el buen comportamiento; y permiten que la sesión se desarrolle sin mayores
contratiempos.
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